¿Quienes somos y porqué lo somos?

Duitama-Boyacá
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"Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podría ser salada de nuevo? Ya no sirve por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente. Ustedes son la luz del mundo, ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Mt 5, 13-14"

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domingo, 11 de septiembre de 2011

Lecturas Santa Misa 11/09/2011

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO -- CICLO A

Primera Lectura: Eclesiástico 27, 33- 28,9

Salmo Responsorial: Salmo 102, 1-2. 3-4. 9-10. 11-12 R: 8

Segunda Lectura: Romanos 14, 7-9

Evangelio:

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús:
-«Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta:
-«No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo."
El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me debes."
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré."
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
Palabra de Dios.


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